Cada vez estoy más convencido que el cambio es el único elemento estable en nuestra vida. Vivimos en un mundo que cambia constantemente, con situaciones que cambian, con tecnologías que cambian, con tareas que cambian, con personas que cambian… La mayoría de nosotros hemos vivido más cambios en los últimos diez años que los que vivieron nuestros padres a lo largo de toda su vida. Y posiblemente viviremos más cambios en los próximos diez años que los que han vivido todas las generaciones del siglo pasado. El cambio es la mayor constante de nuestra vida.
La velocidad con que se produce el mismo, y por consiguiente la dificultad de aceptarlo, lo han situado en un plano negativo y para muchos cambiar se asocia a problema o dificultad. Por ejemplo, nos cuesta cambiar de móvil aunque en muy poco tiempo nos damos cuenta de los beneficios ocasionados. Normalmente el cambio nos sitúa en áreas de incomodidad que queremos evitar. Pero en ellas es donde realmente se produce el aprendizaje y por tanto, se puede afirmar que el cambio nos hace mejores. En las áreas de comodidad hay poco aprendizaje o es más lento. En las áreas de incomodidad se alertan los sentidos y se activan más resortes cognitivos que nos permiten mejorar. Creo que aquellas personas que a lo largo de su vida han podido vivir experiencias profesionales distintas (sector público, asalariado en una empresa mediana, en una gran empresa, en una multinacional, autónomo, empresario…) están más preparadas para afrontar retos profesionales complejos y acaban siendo mejores profesionales. Su principal virtud no es ser más listos que el resto. Su virtud es la capacidad de adaptación al cambio que han tenido que afrontar. Los retos nos hacen mejores.
A lo mejor porque no tengo más remedio que aceptar la situación o posiblemente porque me he convencido de la necesidad de cambiar que aconsejo tener una buena relación con el cambio. Quiero elogiar el cambio y especialmente a las personas que lo practican. Cambiar hasta sin que el cambio te venga a buscar. Buscar al cambio por mucha pereza que haga. El cambio como deporte para nuestra mente. No te preocupes porque quizás el cambio te hará mejor.
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