No voy a sorprender a nadie si afirmo que la primera temporada de Neymar en el FCBarcelona presenta un balance futbolístico no espectacularmente positivo. Pero no voy a opinar de ello porque entre otros motivos no me considero especialmente habilitado profesionalmente para hablar de futbol. Especialistas más que sobrados tiene nuestro país que nos ilustran a diario con sus opiniones.
Quiero hablar de la rueda de prensa que acaba de realizar el futbolista para pedir disculpas sobre la derrota de la selección brasileña contra la selección alemana en una de las semifinales de la Copa del Mundo. Neymar, que no jugó el partido por estar lesionado, se ha disculpado por la derrota y ha intentado justificarla en términos futbolísticos. Ha respondido las preguntas de los periodistas y no ha eludido la autocrítica ni ninguna de las cuestiones formuladas por los medios. Esto, que tendría que parecer normal, se está convirtiendo en inusual en el mundo del futbol y no sólo en el mundo del futbol.
En la última temporada en el Barça hemos visto como dimitía el presidente del club, Sandro Rosell sin ofrecer una rueda de prensa ni enviar una carta dando explicaciones a los socios que son los propietarios de la institución, como se retiraba el capitán del club, Carlos Puyol, en un comparecencia ante los medios sin preguntas o como renunciaba el entrenador, Gerardo Martino, sin valorar ante los medios su etapa en el club azulgrana. Podríamos concluir que los tres más altos representantes del club (presidente, capitán y entrenador) salieron sin que los medios de comunicación pudieran preguntar abiertamente sobre los porqués de la situación. Si bien es cierto que el capitán rectificó semanas después y ofreció una rueda de prensa.
Sorprende pues que un jugador que no participó en uno de los partidos más duros para la selección brasileña de su historia y que podría tener todas las tentaciones para ausentarse de la presencia mediática atienda a los medios con esa dedicación. Bravo por Neymar porque eso es hacer extraordinario lo que tendría que ser normal.
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